Esperanza Pérez de Plá*

Si se quiere tratar el síntoma se rechaza al niño

MAUD MANNONI

Resumen

Se cuestiona es este articulo la postura tradicional de los estudiosos del retardo mental que olvidando los aspectos afectivos y de personalidad de los pacientes toman como factor no sólo dominante sino también excluyente el déficit cognitivo. Si sólo vemos para tratarlo el síntoma intelectual nos olvidaremos del niño. Se examinan detenidamente frases de un libro sobre el tema y se afirma la existencia de un nivel psíquico de organización que aparece ignorado e innombrado en ese texto como en la mayoría de los casos. Esta actitud impide reconocer los conflictos de los discapacitados intelectuales y la necesidad en ciertos casos de una psicoterapia. También se señala la negación de las diferencias lo cual no siempre promueve su integración sino que más bien los aísla al no reconocérseles adecuadamente sus necesidades especiales. En suma, la estructura psíquica deficitaria existe como trastorno global de la personalidad, no sólo intelectual sino también relacional y afectivo y debe ser tratada como tal.

No es la primera vez que me corresponde iniciar el trabajo en una mesa del grupo Tonalli y lo clásico ha sido presentarlo contando a los presentes la historia del mismo. Hoy sería repetirme ya que esta mañana, inaugurando las Jornadas, traté de mostrar el progreso de los cuestionamientos, del pensamiento y de los proyectos que llevamos a cabo en nuestro grupo durante estos años. Lo que voy a presentarles ahora me permite seguir planteando los fundamentos de nuestra investigación y precisar la calidad del problema que estamos abordando. Implica seguir elaborando el proyecto en sí mismo y ubicarlo en el contexto de otras personas que trabajan alrededor del mismo objeto de estudio desde otras perspectivas.

El empuje decisivo para reflexionar sobre este tema fue la polémica que me despertó la lectura de la contratapa de un libro. Parece una constante de mi manera de pensar, el diálogo entre lo que podríamos llamar nuevo o personal y la postura de otros autores. Ese diálogo sirve de punto de partida, de lugar de acuerdo o de discrepancia y no puedo dejar de agradecer a mis interlocutores, aunque no siempre los conozca ni coincida con ellos. “Reflexiones” es en ese sentido una palabra excelente, reflejamos y nos vemos reflejados.

En alguna ocasión, muy al principio de las jornadas de AMERPI, la polémica sobre otro tema –autismo y psicoanálisis– se refería a una oposición radical con el autor. (Plá, 1989) Ahora en cambio se trata de hilar más fino, de encontrar en las palabras de un profesionista moderado y sensato, que sostiene lo que yo llamaría una postura bastante clásica, aquello que aún nos detienen para realizar los cambios radicales que requiere el trabajo con los discapacitados intelectuales.

Empezaré contándoles algunos datos de Robert Ingalls, del Departamento de Higiene Mental del Estado de Nueva York, autor del libro Retraso mental, la nueva perspectiva, editado por Manual Moderno, en 1982, en México, que no hace mucho tiempo cayó en mis manos. (El original, impreso en USA, es de 1978) O sea se trata de un texto un tanto viejo si tenemos en cuenta su momento de aparición, pero a la vez actual pues lleva 7 reimpresiones en español, la última de 1993, por lo cual, aunque la mayoría han sido tímidas, sólo tirajes de 1000 ejemplares, podemos calcular el total y darnos cuenta que han circulado hasta la fecha, en nuestra lengua, 13,000 ejemplares de esta obra, lo cual me parece muy considerable.

¿Por qué me dedico tanto a estas especificaciones? Porque en la contratapa del libro dice lo siguiente: “Su tesis fundamental niega que exista una psicología especifica de los pacientes con retraso mental. Los sujetos a quienes se les designa así constituyen un grupo de personas tan diverso que es prácticamente imposible llegar a conclusiones generales significativas sobre ellos.” (La cursiva es mía.) Esta frase está tomada literalmente del prefacio de la obra. Y continúa en la contratapa: “Retraso mental, la nueva perspectivatrata las causas biológicas del padecimiento y los efectos de la posición socioeconómica y de la raza sobre el funcionamiento en ellos”. (esta frase no sé de donde está tomada)

*Médico psicoanalista. Asociación Psicoanalítica Uruguaya y AMP. Miembro fundador de AMERPI, AC. Grupo Teseo.